"La otra cara de la moneda, la importancia de los cuidadores"
22 Aug

Artículo La Mañana "La otra cara de la moneda, la importancia de los cuidadores"

La figura del cuidador es la piedra angular de la calidad de vida del enfermo de Alzheimer. Este apoyo y acompañamiento es crucial durante el desarrollo de la patología.  

La mayor parte de las personas no se encuentran preparadas para hacer frente a la enfermedad durante cada una de sus fases, empezando por el impacto del diagnóstico, siguiendo con el empeoramiento de la sintomatología, los cambios conductuales y otras afectaciones a escala física, psicológica y social.

Es de gran importancia que el cuidador adquiera las habilidades necesarias para la realización de las diferentes funciones referentes a la cura del enfermo. Por este motivo, el entrenamiento de este a partir de la adquisición de información (lecturas, conferencias, etc.) así como, asistir a grupos de ayuda mutua como el que se hace el primer jueves de cada mes a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Lleida, harán que este enfrente la nueva situación con más seguridad.

Algunos de los objetivos principales que pretenden estos grupos son:

Ofrecer a los familiares un espacio de apoyo e intercambio de experiencias.
Informar a los familiares sobre la enfermedad.
Tratar las preocupaciones y los diferentes conflictos que se generan durante la cura de los enfermos.
Facilitar y guiar en la utilización de diferentes recursos biopsicosocials.
En cuanto al entorno, el papel del cuidador en este es clave, puesto que la evolución del paciente muchas veces dependerá de la donde, con quién y como se encuentren en su día a día. Este hecho también podrá llegar a determinar una necesidad de aceleración del proceso de institucionalización, al devenir imposible la convivencia en el entorno familiar.

Importancia de cuidar al cuidador

La enfermedad de Alzheimer no es únicamente una enfermedad del individuo, es una enfermedad familiar. Este cambio radical en las vidas de todo un núcleo familiar comporta un malestar psicológico y diferentes alteraciones en las relaciones familiares. Surgen sentimientos de miedo, culpa, angustia, irritabilidad, etc., así como sintomatología relacionada con la fatiga mental, el insomnio, la depresión y estrés entre otros. La buena gestión de estos sentimientos y reconocimiento y cura de la sintomatología, a través de diferentes técnicas e intervenciones impartidas por los profesionales correspondientes, pueden determinar el bienestar y calidad de vida tanto del cuidador como del enfermo, puesto que como se ha mencionado antes, en esta enfermedad todos los componentes se relacionan entre sí y son dependientes los unos de los otros.

Se han descrito numerosos tipos de intervenciones con cuidadores de pacientes con demencia para mejorar las curas hacia el paciente y el auto-cura de los cuidadores. Algunos estudios demuestran la eficacia de estas intervenciones. La medida de la eficacia en estos estudios se ha basado en el retraso de la institucionalización del paciente, la disminución de la prevalencia de ansiedad y/o depresión y la reducción de la sobrecarga de los cuidadores.

Maria Puigvert Baró

Psicóloga a la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Lleida (AFALL)

Col. 28717